Roberto Rial, Alma & Pimpinela Escarlata (acerca de La Mirada de Chapman)

Creo que en la mayoría de las ocasiones no es tanto lo bueno que sea el libro sino lo que evoque en ti como lector: el momento de tu vida que represente, eso que seas capaz de afrontar y eso que seas capaz de sentir. Después está aquello que seas capaz de hacer.

Aún no lo soy, pero sospecho en algunas ocasiones si seré mañana una escritora frustrada, si seré una mujer misantrópica por no haber sido prolifera en mis cuentos y mis literaturas, si me dejaré llevar por el regusto amargo de estar cerca de las letras sin ser protagonista jamás. Hace poco volví a leer que los que nunca empiezan esa novela que tienen en mente en realidad tienen miedo de su propio y posible éxito. Miedo. El miedo, que es el gran motor humano. Esta es la verdadera razón que hace al mundo girar, y no el amor. ¿Cuántas vueltas damos y hacemos dar antes de afrontar (si es que ocurre) aquello que más deseamos? Algunos hablan del miedo como algo que hay que evitar como a la misma peste, así como si eso fuese posible. Quizás en este momento esté impregnada de una sensación sobrecogedora con más tinte noir del que puedo confesar despreocupada, o quizás ya pensaba así desde un momento antes de saberlo. Afortunadamente, la percepción de la realidad cambia según la perspectiva y lo que hoy digo como una verdad universal en breves instantes será rebatida y con mucho éxito por mí misma con un argumento que la haga zozobrar. Que el miedo mueva el mundo o que lo haga el amor llegan casi a ser la misma cosa.

Me bebí La Mirada de Chapman prácticamente en un fin de semana. Hacía mucho tiempo que no me sentía imbuida por una historia de tal forma. No sólo me parece la historia buena, no sólo siento una envidia aguda a ratos y no sólo me honra que sea un escritor español y joven y que antes no era escritor, no sólo me alegro sino que me ha salvado de mi propia circunstancia personal. Un libro que te invita a introducirte dentro es una herramienta de supervivencia y un gran relativizador de tragedias emocionales. Voto por leer. Voto por La Mirada de Chapman y voto por muchos otros libros espectaculares y no tan espectaculares. Las historias contadas en tu canal de comunicación, en tu nivel de lengua, en tu forma de comprensión y en tu estructura de pensamiento, si bien es una suerte encontrarlas, son las que te empujan a calmarte y a continuar, a recalcular ruta y a seguir.

No pretendo escribir una reseña, para esto ya tengo a mi querida Elena Sánchez del Valle Alfaro, una absoluta profesional al caso y compañera de viajes radiofónicos en mi programa La Hora Escarlata, pero sí que he sentido el impulso de escribir acerca de la ayuda que me ha supuesto vivir atrapada en la historia de La Mirada de Chapman. Por este motivo no entraré en demasiados detalles sobre la estructura de la trama o la profundidad de personajes, etc. Me apasiona el carácter sanador y enloquecedor simultáneo de la literatura y me captura inevitablemente el viaje interior de cada escritor.

La historia está repleta de frases con insinuada profundidad y contiene una gran carga de emoción contenida que conecta a la perfección con mi desarrollo de emociones, aunque no necesariamente porque yo las contenga… o sí. Hoy está de moda decir eso de dejarse fluir. Y, ciertamente, es ideal aunque no es realista. A veces, ni siquiera es práctico. Y para vivir hace falta una gran dosis de pies en el suelo. No entiendo por qué se identifica el realismo con la negatividad de forma tan corriente. Existe una belleza irrefutable en la quietud del personaje oscuro y en la marabunta de sus pasiones, además de sabiduría intrínseca que se roza con el dolor. El dolor nos informa.

FullSizeRender-2
fuente: Pimpinela Escarlata, fotografía tomada de su propio ejemplar de La Mirada de Chapman.

Primera página: “[…] acallando así el maldito sentimiento de culpa que termina aflorando cuando uno da rienda suelta a aquel que suele ocultar”.

Y es que es una gran pretensión decir que uno no se oculta. Incluso cuando abre la puerta de su corazón uno se mantiene todo lo a salvo que puede, a menos que quiera morir. Y admitir este grado de oscuridad es mucho más llano y verdadero que no hacerlo. Gracias a la voz omnisciente a lo largo de la novela he podido entrever similitudes entre el protagonista, Roberto Rial, y yo misma y, más en el pasado, entre Alma y otra que ya no soy yo. Porque cuando das rienda suelta a quien sueles ocultar ocurren situaciones que se parecen a la verdad, y después de esto sólo hay consecuencias.

Me encantaría preguntarle a Pere Cervantes si acaso su transbordo al mundo de la literatura fue doloroso, si alguna vez tuvo el vértigo inicial antes de saltar y si yo llegaré a dejar de sentirme justo en el espacio entre los dos trapecios. A sabiendas de que quizás él no tenga las respuestas que yo busco (muy lógico) me arriesgo a vivir mi vida bajo mi propia consigna y de acuerdo conmigo misma, que es como siempre ha sido. No sólo he disfrutado de la lectura y de la historia sino que me ha servido para pasar página de ciertas emociones donde a veces uno se queda un poco atascado. Me gustaría explicar cómo ha sucedido, me gustaría definir el mecanismo pero, honestamente, no lo sé. La historia comienza y se desarrolla de una manera singular que ha congeniado a la perfección con mi circunstancia personal a pesar de no parecerse en nada. Pero esta es la magia de la literatura… así ha sido siempre, y así siempre será.

Aquellos que hayan terminado de leer la novela recordarán mi habitual emoción nostálgica por Inglaterra y el por qué de esta canción de John Lennon «Help me help myself» (Ayúdame a ayudarme). Me hubiese encantado explicar más asuntos relacionados con la historia pero quisiera haberte intrigado lo suficiente como para que quisieras leerla… ¡Empieza ahora!

Chapman1
Tendré a Pere Cervantes en mi programa de radio La Hora Escarlata en la 92.2FM o en http://www.gestionaradiomarbella.com el próximo miércoles 13 de Julio 2016. ¡Pere! Un millón de gracias por tu amabilidad. ¡Estamos impacientes por charlar contigo y sobre La Mirada de Chapman! Gracias por tu escritura.

2 comentarios sobre “Roberto Rial, Alma & Pimpinela Escarlata (acerca de La Mirada de Chapman)

¡Deja un comentario!